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mi refugio

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cantando al sol como la sombrilla...

lunes, 1 de febrero de 2010

El 2012 y sus repercusiones domésticas

Me invitaron a ver esta peli,que por su relación con el calendario maya,resultaba interesante.Pero como generalmente sucede con el cine americano,y con este género en particular,los yankis hacen picadillo cualquier inquietud filosófica y hasta predictiva,mística, para transformar todo en lo mismo: una especie de catarsis,una expiación de culpas por cargar con tantas guerras y tantos sometimientos,y ser ellos los sufrientes habitantes de la tierra que,asolados por pestes,destrucciones,visitas de extraterrestres furiosos,meteoritos bestiales o,como en este caso,el fin del mundo conocido,son llamados una vez más,a salvar el mundo,a restaurar la justicia,a equilibrar la psiquis del resto de la humanidad que les exige,el liderazgo al que nos tienen acostumbrados.Desgraciadamente para la industria,resulta tan previsible que no produce ninguna emoción . Desde Infierno en la torre en adelante,han mejorado sólo en los recursos:olas devastadoras,incendios pantagruélicos y caída de edificios y ciudades enteras.Pero,todo eso ya lo hemos visto tantas veces que,en realidad nos despierta el deseo de que les pase de una vez y se dejen de joder.Sí me llamó la atención,que América latina no figura ni cuando se destruye,sólo aparecen Europa y Asia,y por último Africa,que es salvada,supongo por el próximo mundial de fútbol.Obviamente los americanos son solamente los del norte. Nos discriminan hasta en estas ocasiones!!!! será porque somos mano de obra barata,traficantes y ladrones? se salva Africa porque añoran la esclavitud?Lo cierto es que en el Arca se salvan unos tipos que son reverendos hijos de puta,mañeros,cobardes,en fin,especímenes de todas las lacras humanas pero que pagaron mil millones de euros,y,por supuesto,una familia tipo americana que me recordó otro film,más sugerente y elaborado que es "belleza americana".No dejen de verla porque esta clase de pelis nos recuerda una vez más quién es quién en este mundo que todavía está en pie y de quién es el pie que tenemos encima.

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